Discapacidad y Odontología
Tratamos de asumir la problemática de la discapacidad, como una construcción de ciudadanía y afirmación de derechos. En esta perspectiva, las personas con discapacidad, sus familias y los profesionales que trabajan en su promoción y desarrollo, están llamadas a converger en un movimiento social, que amplia las fronteras de la democracia, construyendo desde sus reivindicaciones y demandas, un horizonte más humano, más justo y más participativo. (Lic. Carlos Eroles)
Debemos ser concientes que la discapacidad es un problema social, político, económico, pero que además es un problema que hoy día no se puede ignorar, ya que cualquiera de las personas puede ser una “persona con discapacidad”, temporaria o permanente. Estamos en el siglo XXI, recién ahora se percibe que hay más compromiso con: los excluidos, los marginados, los pobres extremos, los discriminados raciales y socialmente, y la mayoría de las personas con discapacidad, siendo estos hechos una injusticia incompatible con la dignidad humana.
Lo más importante de los seres humanos es lo que todos tienen en común, que es precisamente su dignidad, su igualdad, sus derechos.
El artículo 1º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 dice:
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Se debe tener en cuenta que las personas con discapacidad padecen distintas formas de discriminación, la primera de las cuales es negar su propia identidad, es decir no asumir su condición; por prejuicios sociales, por el temor a la minusvalidez, son muchos los discapacitados y sus familias los que se niegan a si mismos.
Nos podemos preguntar ¿Qué tengo yo en común con una persona con síndrome de Down? Mucho más es lo que nos une que lo que nos separa. Los dos somos seres humanos; los dos tenemos necesidades, los dos requerimos amor, cariño, atención. Los dos tenemos capacidad de disfrutar y capacidad de sufrir. Los dos construimos, por caminos diferentes, el mundo y la sociedad.
Quedará todavía mucha batalla por librar. Ganar más espacio en la opinión pública y hacia las propias personas con discapacidad y sus familias. La batalla fundamental, se da en el interior del movimiento social. Es la batalla de la autovaloración. Son ciudadanos con derechos. Hay una legislación nacional e internacional que los ampara.
El tema de la discapacidad ha dejado de ser un problema asistencial para convertirse en una lucha de afirmación de derechos.
Veamos también los conceptos falsos y legítimos para nombrarlos:
Falsos: incapaz, minusválidos, discapacitados, lisiados, impedidos.
Conceptos Cómplices: necesidades especiales, capacidades diferentes.
La Ley 22.431/81 establece que:
“Entiéndase por persona con discapacidad, a los efectos de la presente norma, a toda persona que padezca una alteración funcional permanente, transitoria o prolongada, física, sensorial o mental, que en relación a su edad y medio social implique desventajas considerables para su adecuada integración familiar, social o laboral.”
La Ley 26.378 dice:
“Apruébase la Convención de los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo, aprobados mediante resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 13 de Diciembre de 2006.”
Sancionada el 21 de Mayo de 2008 y Promulgada el 6 de Junio de 2008.
EXPRESIÓN LEGÍTIMA Y CRECIENTEMENTE ACEPTADA EN FORMA UNIVERSAL:
PERSONAS CON DISCAPACIDAD
(Convención Interamericana –1999- y Convención Internacional – 2006)
Dra. Nilda Nobile